La Dirección General de Tráfico (DGT), ha puesto en marcha una nueva campaña especial de vigilancia y control centrada en el transporte escolar, dada la importancia que tiene la seguridad vial en el transporte de viajeros en general y más aún en el vinculado al ámbito escolar. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, más de 200.000 alumnos utilizaron un autocar escolar para desplazarse a su centro educativo durante el curso escolar en el año 2022, por lo que resulta fundamental incidir en la seguridad de este medio de transporte.
200.000 alumnos utilizan este medio de transporte
La campaña dio comienzo el pasado lunes y se prolongará hasta el viernes 26, haciendo especial hincapié en que estos vehículos circulen a la velocidad permitida y en que sus conductores no empleen el teléfono móvil u otros aparatos que supongan una distracción, dado que estos son los principales motivos de siniestro de los autobuses escolares. También se realizarán controles de alcohol y otras drogas entre los conductores, y se prestará atención al uso de los cinturones de seguridad en aquellos buses que los lleven instalados.
Tanto los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil como los de las policías locales de aquellos municipios que decidan sumarse a la campaña intensificarán asimismo las inspecciones sobre estos vehículos, comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener son los correctos para la prestación del servicio. A su vez, verificarán que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo respeten las exigencias de la normativa, así como que el conductor cumpla los requisitos especiales como el permiso de conducción o los tiempos de conducción y descanso.
Este control especial se debe en parte al hecho de que el transporte escolar está sometido a una serie de normas de cuyo cumplimiento depende en muchos casos la seguridad de sus pequeños pasajeros, por lo que es fundamental exigir que estas se cumplan. Desde el año 2007, los autobuses que se matriculan deben llevar obligatoriamente instalados sistemas de retención, y, dado que las colisiones laterales y los alcances suponen el 40% de los siniestros de este tipo de vehículos, desde 2013 todos los nuevos vehículos deben contar también con un sistema de frenado de emergencia que se active automáticamente cuando detecta la posibilidad de una colisión.
