La seguridad vial es una responsabilidad compartida entre las administraciones públicas, los reguladores, los operadores de transporte y otros usuarios de la carretera
Además, la movilidad se ha vuelto cada vez más compleja en las ciudades en los últimos años y esto afecta las tasas de accidentes. En España, por ejemplo, el 60% de los accidentes que causan lesiones o muertes se producen en zonas urbanas.
Los servicios de transporte público en autobús y autocar deberán convivir con vehículos de movilidad personal, como bicicletas y patinetes, así como con otros usuarios de la vía como coches particulares y peatones. Las autoridades y los operadores deben adoptar medidas continuas para garantizar la coexistencia segura entre los diferentes tipos de movilidad en las zonas urbanas.
Por último, las empresas de transporte siguen necesitando cambios legales en muchas jurisdicciones para poder aumentar aún más la seguridad mediante la implementación de exámenes médicos obligatorios regulares y controles preventivos de drogas y alcohol para los conductores profesionales, y el reconocimiento de los esfuerzos de seguridad y protección en las licitaciones públicas para los contratos de servicios de transporte.
La seguridad vial es una responsabilidad compartida entre las administraciones públicas, los reguladores, los operadores de transporte y otros usuarios de la carretera. Requiere que todos los actores alineen sus esfuerzos. Tanto las autoridades como los operadores, en sus respectivos ámbitos de responsabilidad, deben adaptar la infraestructura, el material rodante y otras medidas no solo para que el transporte sea fácil de usar, flexible y asequible, sino sobre todo, seguro y protegido.
