Con esta situación, es muy difícil afrontar cualquier actividad. Ni a nivel profesional ni en el ámbito doméstico. Invertir, afrontar la subida de costes, hacer la compra de los productos de primera necesidad todo es un problema.
Y en el caso del Sector del transporte, más de lo mismo. El indicador del Transporte, en su conjunto, ha crecido más de un 10% en el último año, y muy por encima del 6% de índice general desde que diera comienzo 2022, una tendencia idéntica a la que sufre el Gasóleo, que en términos cuantitativos es algo tremendo: más del 20% este ejercicio.
Apoyo y esfuerzo
No es que desde las distintas Administraciones se esté mirando hacia otro lado. A nadie se le escapa que se están articulando soluciones, a todos los niveles, para paliar el impacto de esta subida de precios (que no solo tiene que ver con la guerra de Ucrania, por supuesto). Pero son insuficientes. Ningún Gobierno puede compensar el dislate que se está generando, y quizá no se debería esperar tal cosa.
El mercado debe, con la ayuda estatal y autonómica, ir regulándose en la medida de sus posibilidades. Habrá quien tenga que pagar más impuestos, habrá quien tenga que reducir sus márgenes, habrá quien deba apretarse el cinturón Es algo a solucionar entre todos.

