En junio, los Estados miembros presentarán sus Planes Nacionales de Energía y Clima actualizados. Los planes darán orientaciones y previsibilidad a los ciudadanos y a la industria, y también contribuirán al trabajo de la Comisión a la hora de evaluar nuestros próximos pasos.
Expondré brevemente los elementos más importantes de los Planes Nacionales de Energía y Clima y por qué revisten especial importancia este año en que empezamos a mirar más allá de las medidas de la crisis energética.
En primer lugar, la eficiencia energética y las energías renovables. En los últimos meses hemos alcanzado acuerdos políticos que prevén objetivos actualizados tanto para las energías renovables como para la eficiencia energética. Los planes nacionales deberían reflejar ya estos cambios.
La REPower EU exige duplicar el ritmo de despliegue de las bombas de calor, así como medidas para integrar la energía geotérmica y solar térmica en los sistemas modernizados de calefacción urbana y comunal.
Hemos adoptado varias medidas en este sentido, entre ellas una Estrategia Solar de la UE para duplicar la capacidad solar fotovoltaica y una Iniciativa de Cubiertas Solares con la obligación legal gradual de introducir paneles solares en los nuevos edificios públicos y comerciales, además de introducir un objetivo para el hidrógeno renovable doméstico.
La intensificación de las energías renovables también está ganando terreno a escala mundial: este mismo fin de semana, el G7 ha acordado en Sapporo un objetivo de 150 GW de energía eólica marina y un aumento colectivo de la energía solar fotovoltaica a más de 1TW ya para 2030.
Seguridad
En segundo lugar, seguridad energética, solidaridad y confianza. Desde que comenzó la guerra rusa contra Ucrania, hemos tenido que reevaluar drásticamente nuestras políticas de seguridad energética.
La UE ha dependido demasiado de un único proveedor, y esta dependencia se había desarrollado durante décadas. Pero nuestra respuesta fue unitaria, mostramos solidaridad a Ucrania ha sido y sigue siendo nuestra prioridad.
Antes he esbozado las medidas que tomamos para cambiar el rumbo el año pasado, pero debemos seguir avanzando. Por ejemplo, aumentando la producción de biometano para cumplir nuestra ambición conjunta de sustituir 35 bcm de gas natural ruso. Aunque terminamos la temporada de invierno en una posición cómoda, las numerosas incertidumbres persisten y exigen vigilancia.
La fabricación y las materias primas se encuentran, ahora, fuera de Europa
En tercer lugar, investigación, innovación y competitividad. El entorno mundial para competir en tecnologías limpias innovadoras ha cambiado drásticamente. Tal y como están las cosas, en el momento en que una tecnología pasa al despliegue comercial a escala, su fabricación tiene lugar fuera de Europa.
Del mismo modo, las materias primas críticas necesarias en las cadenas de suministro para la fabricación de estas tecnologías se obtienen principalmente fuera de Europa. Para garantizar que la tecnología se implanta a escala comercial dentro de Europa, la Comisión presentó la Ley de Industria Neto Cero. En ella se establecen medidas para dar a la fabricación en Europa todo el apoyo que necesita.
De este modo seremos menos vulnerables a las posibles interrupciones de la cadena de suministro y aumentaremos la productividad.
En cuarto lugar, el mercado interior de la energía. La Comisión presentó en marzo una revisión del diseño del mercado de la electricidad. Nuestra propuesta persigue una mejora estructural muy necesaria, que complementa nuestras medidas de respuesta a la crisis y aporta un importante valor añadido a nuestro mercado de la electricidad, aprovechando los puntos fuertes de nuestro sistema eléctrico.
Pero, como bien saben, se trata de una de varias medidas con visión de futuro para garantizar que la Unión esté bien equipada para la transición hacia una energía limpia. Porque incluso si conseguimos que los mercados sean perfectos, todavía tenemos que construir físicamente la infraestructura del sistema de energía limpia.
El año pasado se puso de manifiesto hasta qué punto están interrelacionadas las dimensiones políticas de la Unión de la Energía y cómo nuestras respuestas políticas deben tener en cuenta múltiples aspectos.
Lo que determinará si alcanzamos (o no) nuestros objetivos son las medidas que tomemos cada año hasta 2030. Hace un año nos comprometimos claramente a poner fin a la dependencia de la UE de los combustibles fósiles. Vuestros Planes Nacionales de Energía y Clima son las herramientas para hacerlo irrevocable».
