En su interior, aislados de cualquier onda sonora o interferencia electromagnética, los prototipos de los futuros vehículos se someten a pruebas exhaustivas, en un espacio donde también se llevan a cabo pruebas de alto secreto sobre los sonidos y las características conectadas que se utilizarán en adelante.
El Centro Técnico de Aubevoye cuenta con más de 600 hectáreas de terreno y casi 60 km de pistas de pruebas, 44 líneas de ensayo, dos túneles de viento, 18 cámaras de corrosión y mucho más. Unos 1.000 especialistas trabajan en este centro de vanguardia.
Las paredes y el techo de la primera sala están cubiertos de paneles de espuma de prismas horizontales y verticales. Las formas que sobresalen disipan las ondas sonoras en lugar de reflejarlas, eliminando cualquier eco de la sala, de ahí el nombre de «anecoica».
«Aquí es donde afinamos la insonorización del coche y trabajamos en todos los ruidos que conforman la experiencia acústica del usuario: el sonido de la puerta del coche, los avisos sonoros y las alarmas, la música », afirma Stephane, uno de los técnicos responsables de la instalación. Los expertos en acústica construyen y evalúan toda la arquitectura sonora del coche formada por los ruidos interiores y exteriores, aunque ahora, como los motores son eléctricos, nos centramos más en el ruido de los intermitentes, el sonido de los botones y los pitidos de las pantallas táctiles. El conductor y los pasajeros están en el centro de una experiencia acústica y sensorial que forma parte de la experiencia de conducción», según el técnico.
Compatibilidad electromagnética
Xavier es otro de los técnicos de la instalación, pero él es experto en compatibilidad electromagnética. En la sala que le ocupa, las paredes están cubiertas con paneles blancos, que se asientan sobre una gruesa capa de aislamiento. En el mundo real, los vehículos están sometidos constantemente a campos electromagnéticos, ya sea al pasar por torres de telefonía, transmisores de televisión o radares de velocidad automática, por lo que hay que tomar todas las precauciones para que nada interfiera en el funcionamiento normal del vehículo. «Estamos en una jaula de Faraday. Las paredes de esta sala bloquean las ondas electromagnéticas y nos aíslan del mundo exterior. Así podemos probar cómo el coche transmite y recibe todo tipo de ondas: de radio, de teléfono o de GPS», explica Xavier.
Una tercera sala tiene casi 300 m² y 11 metros de altura. Las paredes, el suelo y los techos están cubiertos de grandes conos de espuma. Es la única cámara completamente anecoica del Centro Técnico de Aubevoye, y en ella los expertos prueban el comportamiento de todos los vehículos Renault, desde el ZOE hasta el Master, a la hora de recibir las ondas.
En total, las diferentes cámaras anecoicas y los laboratorios de análisis repartidos por el Centro Técnico de Aubevoye acogen más de 1.000 sesiones de pruebas cada año, esenciales para que los vehículos que llegan al mercado tengan, también, las mejores prestaciones en estos campos.

