Eso significa que durante la década 2012-2022, esa cifra aumentó un 14,3% (de 490 a 560 turismos por cada 1.000 habitantes). La conclusión evidente es que el transporte público colectivo tiene un fuerte rival enfrente y que, aunque se han conseguido evidentes mejoras durante esos años, todavía queda mucho margen.
Porque no podemos olvidar que el gran objetivo del Sector es captar usuarios procedentes del transporte privado, especialmente en el ámbito urbano. Y parece que no lo está consiguiendo en su totalidad. El análisis por países (ver cuadro adjunto) indica que Italia registró la cifra más alta, con 684 turismos por cada 1.000 habitantes, seguida de Luxemburgo (678), Finlandia (661) y Chipre (658). En el lado opuesto del cuadro encontramos a Letonia, con 414 turismos por cada 1.000 habitantes, como el país con el índice más bajo, por delante de Rumanía (417) y Hungría (424).
Crecimiento por países
Y cabría reflexionar sobre otro aspecto significativo, cuando menos. Y es que son los países del centro y el este de la UE los que registraron las mayores tasas de crecimiento entre 2012 y 2022. Rumanía encabeza este ranking (+86,2%), seguida de Croacia (+44,8%), Hungría (+40,9%), Eslovaquia (+40,1%) y Estonia (+39,7%).
Los datos de España son muy similares a los de la media comunitaria
¿Se acortan las distancias entre la fuerza económica de cada país? ¿Tendrá algo que ver con disponer de algo más de poder adquisitivo? ¿Por qué el transporte público no es más utilizado en países, teóricamente, menos potentes? ¿Será suficiente la calidad del servicio prestado en los mencionados países? ¿O la confianza de las respectivas Administraciones para invertir en el transporte público no satisface a la demanda?
Lo dicho, queda mucho camino por recorrer si el transporte público quiere consolidarse como alternativa y como solución para la descarbonización del planeta.

