Helixx apunta hacia los mercados emergentes, en primer lugar, aunque está por ver si la idea es extrapolable a otros países más maduros. La región Asia-Pacífico aparece como primer destino a explorar, seguida de India, Oriente Medio, Norte de África y Sudamérica, aunque la compañía reconoce que ha llevado a cabo algunos tests en suelo británico.
El proyecto incluso sorprende en algunos aspectos. Para empezar, el vehículo se fabricará localmente (tras el correspondiente acuerdo para la tramitación de las licencias) en pequeños talleres o hubs que recibirán todas las piezas de la central para ser montadas ‘in situ’. Helixx incluso apela al concepto de ‘caja’, porque eso es lo que se recibirá en cada mercado, haciéndose cargo también de las herramientas y la maquinaria necesaria para el ensamblaje, si es que podemos definirlo así.
Y las cajas serán distintas, porque se plantean hasta cuatro versiones del vehículo. La primera en ver la luz será la Cargo, con capacidad de hasta 500 kg de carga útil y 2,1 metros cúbicos de espacio. Le seguirán una especia de pick-up, y dos variantes para pasajeros, para ser utilizados como taxi o, en otras latitudes, haciendo las veces de los populares TukTuk.
¿Autonomía?
La marca afirma que podría superar los 100 km, bastante notable para una unidad de reducido tamaño y suficiente para el ámbito urbano en el que se tendrá que desenvolver. Además, las baterías son intercambiables, lo que a la propia función de carga añade la opción de reducir ese tiempo al mínimo antes de que el vehículo vuelva a estar operativo.
Pero quizá la clave de todo el proceso es el precio para el cliente/usuario. Sin necesidad de realizar ninguna inversión inicial, es posible utilizar este tipo de vehículos desde poco más de 20 céntimos la hora, en una oferta integral que incluye todos los servicios: seguro, mantenimiento.
La propuesta está sobre la mesa, y a expensas de que cale en el Sector, podríamos estar ante una de las ideas más disruptivas de los últimos tiempos.
