El último ejemplo lo acabamos de vivir en estos días. Ya existió un conato de enfrentamiento a comienzos de año, una vez que el Comité Nacional del Transporte por Carretera logró un compromiso por parte del Gobierno para mejorar las condiciones laborales en el Sector, poniendo así fin al paro patronal que tenía convocado.
Entonces, Aecoc ya alzó la voz criticando que los acuerdos se hubieran pactado sin su participación, con bastante razón en el fondo, puesto que son las empresas cargadoras las que, en su mayoría, tendrán que modificar sus procesos una vez que el Real Decreto Ley sea aprobado. Pero aquella vez se quedó en eso, un conato, y no pasó a mayores.
Sin embargo, ahora, pocos días antes de que termine febrero, y con él el plazo al que se comprometió el Ministerio para aprobar el mencionado RDL que certifique los acuerdos, Aecoc ha solicitado una reunión por la vía de urgencia con la ministra, Raquel Sánchez, con la clara intención de que los acuerdos no sigan adelante. O, cuando menos, que se retrasen en el tiempo. Su argumentario incide en que ellos no estuvieron presentes en la negociación, que son los principales afectados, que las medidas serían una grave carga para la economía nacional y que, al menos, no se debería eliminar la posibilidad de pacto entre las partes.
Respuesta sin dobles lecturas
Y la reacción del Comité Nacional no se hizo esperar. Apenas unas horas después de conocerse la posición de Aecoc, el Pleno emitió un amplio comunicado rebatiendo, punto por punto, tales afirmaciones, con acusaciones muy duras hacia los cargadores y con una evidente falta de sintonía entre las partes.
Sin entrar a valorar cuál de dichas partes tiene mayor cuota de razón, lo que queda de manifiesto es que los problemas que distancian a cargadores y transportistas están cada vez más lejos de encontrar una solución. No solo no se aprecia acercamiento, sino que tampoco parece que haya demasiada voluntad. El tono de ambos comunicados así lo deja entrever.
Y, en definitiva, eso es un problema. Para todos. Porque la colaboración entre cliente y proveedor, en cualquier ámbito de la economía, suele derivar en un mejor rendimiento y beneficio para ambos.
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