Pues bien, el plazo para que los acuerdos sectoriales formen parte del Boletín Oficial del Estado termina hoy. Y, como supimos la semana pasada, los profesionales del Transporte aún no conocen el texto definitivo de dicho RDL, lo que significa que, por desgracia, no van a tener la oportunidad de alegar nada antes de que se apruebe.
Y eso da pábulo a las sospechas sectoriales de que, a lo peor, la presión ejercida por los cargadores, especialmente por medio de Aecoc, ante el Mitma puede haber dado frutos.
Si no, ¿por qué el Gobierno no ha trasladado al Comité Nacional el contenido de la norma? Si tan buena sintonía parecía existir durante los últimos dos meses, ¿qué explicación puede existir para el secretismo actual?
El CNTC dejó bien claro hace apenas unos días que no aceptará otra cosa que no sea un RDL que plasme exactamente lo acordado, avisando que, en caso contrario, además de sentirse engañado (con razón), las consecuencias serían imprevisibles.
Prudencia y confianza
A nadie se le ocurre pensar que el Mitma vaya a incumplir su compromiso. Es mucho mejor ser prudente y pensar en esta vía. Porque la otra, la alternativa, es muy peligrosa, tal y como están los ánimos entre los transportistas, que a duras penas sobreviven en estos últimos meses debido a la subida del precio del combustible.
Si no se legisla la obligatoriedad de aplicar la cláusula de revisión automática de las tarifas, algo que además de necesario, está esperando todo el Sector como agua de mayo, el conflicto generado Lo dicho, mejor no pensarlo. Hoy lo sabremos. Crucen los dedos.

