En segundo lugar, y voy a hacer un poco más de hincapié en esto de lo que otros han hecho esta mañana: no hay manera, de ninguna manera, vamos a lograr ninguno de nuestros objetivos, si no hacemos más en la mitigación. Tenemos que reducir urgentemente nuestras emisiones. La responsabilidad recae en los principales emisores, en todos los principales emisores, y deben mantener una conversación sincera, en el marco de los debates del G20, sobre cómo alcanzar ese objetivo. Si no hacemos más, el Global Stocktake, creo que es la indicación más clara de ello, si no hacemos más en mitigación, lo que hagamos en financiación, en adaptación, en pérdidas y daños, se quedará corto respecto a lo que necesitamos.
1,5 ºC
Y, de hecho, me gustaría hacerme eco del llamamiento: mantengamos vivo el 1,5. Sólo podremos hacerlo si redoblamos nuestros esfuerzos en materia de mitigación. En la Unión Europea nos fijamos objetivos muy ambiciosos, alcanzando al menos una reducción del 55% en 2030 con respecto a 1990. Hoy, con todas las decisiones adoptadas y confirmadas por el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo, ya superaremos el 55%. No puedo darles la cifra exacta ahora, pero espero poder hacerlo para cuando lleguemos a septiembre o a la Conferencia de las Partes. Pero creo que mostramos el camino, que podemos hacer más.
El tercer punto que me gustaría destacar es que si queremos obtener resultados a largo plazo, también tenemos que señalar los éxitos a corto plazo. Y aquí me gustaría reforzar el llamamiento sobre todos los objetivos globales subsiguientes. En cuanto a la transición a las energías renovables, creo que deberíamos ser capaces de establecer objetivos globales. Se trata de un éxito que nadie esperaba a esta escala. Basta con echar un vistazo a China, y ver lo que está haciendo en el camino hacia las energías renovables; es asombroso, es inspirador, es realmente alucinante a veces, ver la escala a la que esto está sucediendo».

