Todos sabemos que a la gran mayoría de los conductores les cuesta trabajo saber cómo se entra y se sale de una rotonda correctamente, pero esto quizá se ha ido un poco de las manos. Y conste que no hay que criminalizar al conductor del vehículo, el cual no tiene otra opción que atravesar dicha rotonda para que el autocar pueda seguir su ruta prevista.
La rotonda en cuestión cuenta con un diámetro exterior de 19,20 metros y un carril de cinco metros de ancho. Mientras, el anillo interior ocupa un total de 8,10 metros.
¿Todo previsto?
Lo significativo del caso es que esta infraestructura se concibió con la idea de que tanto camiones como autobuses pudieran pisarla. Ya se tenía claro que no podrían circular por ella como sería lógico pensar, por lo que la altura de la zona interior es mínima, para facilitar la maniobra de los vehículos más grandes.
Entonces, ¿cuál es su objetivo? Pues aminorar la velocidad del resto de los usuarios de la calzada, que tienen obligación de rodearla y tienen prohibido el atajo. La pregunta a formularse sería si no existe otra solución menos viral para conseguir lo mismo. Aquí os dejamos el vídeo, vía @FuTTxapela.

