– Autonomía estratégica de la UE: la crisis de Covid y la guerra de Ucrania han demostrado la necesidad de resiliencia de la cadena de suministro. Además, las perturbaciones de la cadena de suministro internacional tuvieron efectos en cadena, como la escasez de semiconductores que inmovilizó parte de la producción europea de vehículos. En este contexto, el Transporte está vinculado a la autonomía estratégica de la UE. Por lo tanto, la investigación y la política para aumentar la autonomía tecnológica, industrial, material y energética de la UE impulsan intrínsecamente la resistencia del transporte.
– Complejidad del sistema: los proyectos demuestran que las TIC pueden aumentar la resistencia del transporte al supervisar los sistemas, detectar las perturbaciones y proporcionar los medios para adaptarse y responder a ellas. No obstante, la creciente interconexión del sistema de transporte y la dependencia de la automatización y la tecnología de las TIC también crean vulnerabilidades que de otro modo no existirían, como las ciberamenazas. Además, la optimización del flujo de tráfico favorece la reducción de los amortiguadores y las redundancias que, sin embargo, son activos importantes en la gestión de la resiliencia. Por lo tanto, la política de transportes y la investigación e innovación deben ser conscientes y abordar adecuadamente las compensaciones en materia de resiliencia.
Se necesita un sistema sólido y resistente antes de afrontar el cambio modal
– Cambio modal: el cambio modal hacia modos activos y transporte masivo tiene un impacto positivo en la resiliencia del transporte, reduciendo la demanda de material y energía, así como el tráfico por carretera y la complejidad de la red. El requisito previo es un sistema de transporte público sólido y resistente, que se verá afectado por el aumento del tráfico.
– Disponibilidad de mano de obra: las tendencias actuales sugieren que la disponibilidad de personal de transporte cualificado está disminuyendo. La investigación y la innovación proponen la automatización como medio de afrontar, al menos parcialmente, este reto. La formación adecuada y las interfaces hombre-máquina son un requisito para preservar la resistencia del transporte frente a la dependencia excesiva y el uso indebido de la automatización.
De lo técnico a lo táctico
Las soluciones examinadas por los proyectos de investigación e innovación financiados por la UE en materia de resistencia del transporte van de lo técnico a lo táctico, y existen patrones comunes en todos los modos de transporte. Estos patrones comunes incluyen:
– como soluciones técnicas, las técnicas de detección y seguimiento, y el uso de las TIC y la IA como facilitadores de la gestión y la reacción oportuna ante las perturbaciones.
– como soluciones tácticas, el desarrollo de marcos de gestión de la resiliencia y de toma de decisiones.
Como observación final, JRC indica que la política de transporte, la investigación, la industria y las partes interesadas en el transporte deberían abordar conjuntamente la mejor manera de incorporar la resiliencia, así como la seguridad, como requisitos básicos en todo el sistema de transporte.

