Antes de que comience su andadura en el Ministerio, conviene repasar algunas de las acciones que le han llevado hasta aquí. La más reciente, su intervención como portavoz del partido en la última moción de censura presentada por Vox, enarbolando un discurso que, más allá de la coincidencia ideológica, no dejó a nadie indiferente.
El Sector puede considerar como favorables algunas cuestiones relacionadas con el nuevo ministro. Por un lado, que conoce el mundo del Transporte a la perfección, como demuestra la profunda remodelación del transporte urbano y comarcal que adoptó en Valladolid durante su época como alcalde. Es de suponer que mantendrá esa línea de modernización y descarbonización.
Además, la continuidad del Gobierno progresista es una buena noticia para la Ley de Movilidad Sostenible, que se quedó en el tintero por la convocatoria de Generales a mediados de año. Es de suponer que Puente la retomará donde la dejó Sánchez. Que el Ministerio haya añadido a su denominación la palabra Sostenible a la de Movilidad parece un guiño en esta dirección.
Un talante que despierta recelo
Pero Puente también carga con algunas piedras en su mochila. Principalmente, la de un carácter controvertido y que no rehúye la confrontación, lo que en los tiempos que corren para el Sector, no se atisba como el mejor de los escenarios para negociar.
En cualquier caso, es el elegido por Pedro Sánchez y con quien el Sector deberá dialogar desde mañana mismo y durante los próximos años. Y son muchos los temas encima de la mesa como para no afrontarlos con la mayor brevedad, como se ha apresurado a recordar CETM nada más conocer su designación. Esperemos que no se tome al pie de la letra lo de los 100 días de cortesía, y comience a trabajar lo antes posible.

