De hecho, este convencimiento se tiene desde hace una década, aunque ha sido necesario (quizá todavía lo es) que su precio vaya ajustándose a la viabilidad empresarial de aquellos que apuesten por su utilización.
Como es lógico, a medida que la flota de vehículos de hidrógeno vaya creciendo, sus costes (en general) se reducirán en una proporción inversa, tal y como nos enseñaron en la escuela.
Pero, ¿todos están (estamos) alineados en esta misma posición? Al parecer, existen algunas dudas en las altas esferas. Por eso, Transport & Environment (T&E) calificaba hace algunos días como «insostenible» el plan de la Comisión Europea sobre el hidrógeno publicado a comienzos de este mismo mes, acusando a la Comisión de ceder a la presión de la industria para relajar las normas de producción de hidrógeno ecológico, lo que significa que el hidrógeno desarrollado en los próximos cuatro años podrá utilizar electricidad procedente del carbón y el gas.
Más colores seguirán vigentes
Es decir, que se admite como ecológico el hidrógeno gris, cuando las aspiraciones iniciales apostaban por eliminar todos los colores que no fueran el verde y el azul.
A juicio de T&E, el aumento de la demanda de electricidad para fabricar el nuevo hidrógeno ensuciará más la red energética y presionará sobre la factura de la luz de los hogares.
Geert Decock, responsable de electricidad y energía de T&E, ha sido claro al afirmar que «arrastrada por el actual bombo publicitario en torno al hidrógeno, la Comisión ha optado por la cantidad en lugar de la calidad. La propuesta relaja las normas hasta tal punto que el llamado hidrógeno renovable puede producirse inicialmente con gas y electricidad de carbón. Aunque el hidrógeno es muy necesario para descarbonizar el transporte marítimo y aéreo, sin energías renovables adicionales vinculadas a los objetivos del hidrógeno, el plan de la Comisión puede acabar haciendo más mal que bien».
De confirmarse los vaticinios de T&E, crecerían las dudas en el Sector sobre si la apuesta por el hidrógeno es tan firme como nos querían hacer creer en un primer momento.

