Además de simplificar la gestión y resultar un servicio más efectivo y atractivo para la población, este título único de transporte aportaría una serie de beneficios que afectan de manera directa e indirecta sobre la población:
–Mayor accesibilidad: dado que un abono único de transporte facilita el desplazamiento de las personas, pues al eliminar la necesidad de obtener billetes individuales o diferentes tarjetas de transportes, se fomenta la movilidad y se reduce la barrera económica para utilizar los servicios de transporte que se incluyan.
–Ahorro económico: al unificarse todos los sistemas de transporte en torno a un único abono, los precios se homogeneizan y puede resultar beneficioso para los usuarios si se compara con las tarifas anteriores a la existencia de este tipo de abono. Estos abonos ofrecen descuentos o tarifas planas que permiten un uso ilimitado del transporte público durante un periodo determinado (semana, mes, año ), lo que podría representar un ahorro significativo para las personas que son usuarias habituales del transporte público.
–Flexibilidad y comodidad: mayor flexibilidad en los desplazamientos aumentando la accesibilidad a la oferta disponible de transporte, captando a su vez usuarios debido a la comodidad que supone el no tener que disponer de diferentes abonos o billetes, según el transporte a utilizar.
–Promoción de la movilidad sostenible: puede llegar a influir en las tendencias de movilidad de la población, buscando que las personas reduzcan su dependencia de los vehículos privados, reduciendo así la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero.
–Mejora de la calidad de vida: continuando con lo anterior, la reducción de la calidad del aire que conlleva la reducción del vehículo privado mejora la calidad de vida y la salud de la ciudadanía.
Menos congestión y más espacio
–Atascos: fomentar el uso del transporte público causaría la reducción de la congestión vial en las principales ciudades donde el tráfico es muy denso, principalmente en horas punta, mejorando así la fluidez del tráfico y la reducción de los tiempos de desplazamientos. Por lo tanto la reducción de coches en las vías implicaría una mejora en los tiempos de viaje también del transporte público y de los servicios de emergencia.
–Mejora de la seguridad vial: reducción del tráfico y, por consiguiente, ayudar a reducir el riesgo de los accidentes, creando un entorno más seguro para los peatones, ciclistas y usuarios del transporte público.
–Ahorro en gastos de combustible y mantenimiento: un usuario habitual del transporte público gracias a la implantación del abono con una tarifa para todos los modos de transporte tendrá un ahorro en base al precio del combustible que pudiera gastarse por usar el vehículo privado. Del mismo modo también en relación al coste por mantenimiento del vehículo que le permita circular en todo momento en las condiciones óptimas.
–Mejora de la calidad del aire: la implantación de un abono único sería positiva para la salud de la población, ya que se reduciría la exposición a la contaminación, lo que a su vez reduciría la incidencia de enfermedades causadas por la contaminación (problemas respiratorios, cardiovasculares ).
–Recuperación del espacio público: la reducción del uso del vehículo privado puede incentivar la recuperación del espacio público perdido para el peatón, mediante la ampliación de aceras o espacios peatonales, la creación de áreas verdes o la creación de carriles bici.

