Sin embargo, es una tendencia que no tiene reflejo en otros países de nuestro entorno. ¿Cuál puede ser la razón? Porque la utilización de estos pantógrafos para la recarga nocturna podría entenderse que automatiza los procesos mucho más que mediante la participación de los operarios, enchufando las mangueras.
Quizá la presión sindical de cada operador pueda ser otra posible explicación para evitar esa intervención humana en horarios complicados.
Los costes
Pero, por otro lado, está el tema de los costes. Una infraestructura de pantógrafo es varias veces más cara de instalar (y de mantener, no lo olvidemos) que un sistema de puntos de carga con mangueras. Es cierto que, en este momento, los fondos europeos permiten afrontar este tipo de operaciones menos rentables, a simple vista, pero a medio y largo plazo, ese componente del mantenimiento podría generar sobrecostes no deseados.
A pesar de estas reflexiones, las principales ciudades españolas y sus operadores siguen apostando, cada vez más, por el pantógrafo. Y no puede ser casualidad, aunque en otras latitudes no se piense de la misma manera.

