Y acabamos de conocer un hecho que vendría a apoyar tal afirmación. La ciudad alemana de Wiesbaden ha detenido su proyecto de autobuses de hidrógeno, después de poco más de un año operando con 10 unidades de pila de combustible.
De hecho, según publican algunos medios germanos especializados, la hidrogenera pública construida para la ocasión lleva algún tiempo sin funcionar.
La empresa de la ciudad (ESWE) cuenta con 120 autobuses eléctricos en su flota. Su alcalde, Sven Gerich, aseguró estar «muy contento de poder contar con estos nuevos autobuses eléctricos. Esta inversión ayudará a reducir las emisiones de dióxido de carbono en la ciudad». Fue en 2019 cuando realizaron su primer pedido, de 56 Mercedes eCitaro, que comenzaron a operar en febrero de 2021.
Eléctricos y de hidrógeno
A finales de ese mismo año recibieron los primeros buses de hidrógeno, de Caetano, en un intento de eliminar cuanto antes los motores diésel de su flota. Pero comenzaron los problemas y esto provocó un cambio de estrategia, en principio basado en la capacidad de dichas unidades. Por eso, ESWE ha confirmado su necesidad de contar con autobuses con mayor capacidad para pasajeros. Esto se debe a que el mantenimiento de dos tecnologías de propulsión en sus talleres resulta muy exigente. Por ello, apuestan ahora por adquirir 36 autobuses articulados diésel bajo la nueva normativa Euro 6e para los próximos tres años, ya que no hay disponibles en el mercado vehículos con transmisiones alternativas.
Vehículos diésel Euro 6 por buses de hidrógeno. Parece un paso atrás desde el punto de vista ambiental, pero si consideran que es lo mejor en términos generales Veremos si otras ciudades acometen prácticas similares.

