Así, la ciudad tarraconense tendrá tiempo suficiente para llevar a cabo las necesarias pruebas previas, al igual que el acondicionamiento de todo el interior con los sistemas propios de la entidad como, por ejemplo, el de grabación de seguridad, la máquina de billetaje o las mamparas de seguridad. En concreto, siete son las unidades que ya están en las cocheras de EMT Tarragona, que forman parte del objetivo que tienen sus gestores de que las cero emisiones sean una realidad en la flota de autobuses municipales, según su presidente, Jordi Fortuny.
Ocho más dos
Desde el Ayuntamiento apuntan que la flota de tecnología híbrida adquirida por EMT se compone de ocho vehículos entre 12 y 13 metros de longitud, y otros dos que tienen entre 10 y 11 metros.
Fortuny tiene clara la prioridad «de prestar un servicio de calidad y sostenible. El objetivo es hacer posible la reducción del uso del vehículo privado y de las emisiones de nuestra flota para contribuir a crear una Tarragona más verde«.

