La asociación ha presentado este plan a las formaciones políticas y administraciones municipales y autonómicas. En este sentido, se están manteniendo encuentros y conversaciones para trasladar estas medidas a los responsables públicos. El plan surge de la necesidad de enfrentar la situación de incertidumbre que vive el consumidor y que está afectando al desarrollo del mercado. Aunque los resultados de 2018 fueron positivos, las ventas de automóviles llevan siete meses de caídas consecutivas. Las diferentes leyes de cambio climático, planes de calidad del aire y de movilidad en ciudades y regiones sólo consiguen potenciar esta indecisión. Por ello, es necesario una homogeneización de la legislación sobre movilidad.
Armero señaló que este Plan de Movilidad “supone una hoja de ruta hacia la transición inteligente para la movilidad del futuro”. El Plan se basa en cincuenta recomendaciones y en él confluyen las cuatro megatendencias que, en base a la tecnología, van a ser de vital importancia para la industria: la conducción autónoma, la movilidad compartida, la conectividad y la electrificación, junto con la constatación del peso creciente que están tomando las ciudades y las personas. Las ciudades serán los grandes clientes de la movilidad, que cobrará, en este contexto, mayor peso como vector clave del desarrollo económico y sostenible de los núcleos urbanos.
Supone una hoja de ruta hacia la transición inteligente para la movilidad del futuro
En este marco y con este contexto, el Plan de Movilidad de Anfac nace con un doble enfoque: por un lado, proponer el desarrollo de una estrategia país hacia una movilidad que garantice el desarrollo sostenible, el crecimiento económico y la innovación junto con el derecho a desplazarse con libertad, con seguridad y con unos costes asequibles.
Sus siete pilares
Las siete secciones las que se distribuyen las cincuenta recomendaciones de Anfac son los siguientes: renovación del parque circulante con vehículos de cero y bajas emisiones, una fiscalidad orientada a los retos medioambientales, armonización de las políticas de movilidad, impulso de las iniciativas de movilidad compartida, optimización de los sistemas de gestión del tráfico, sensibilización y concienciación ciudadana y empresarial e integración de las políticas urbanísticas con la movilidad del futuro.