El sector español del Transporte público de viajeros por carretera tiene mucho que ofrecer, principalmente a países en vía de desarrollo, que no cuentan con una organización ni del transporte urbano, ni del interurbano
No hay reparo alguno que oponer en que se fomente a nivel internacional tanto a ADIF como a RENFE y a AENA, pero una vez más se omite al transporte público de viajeros por carretera. Es en este orden de cuestiones que el sector español del Transporte público de viajeros por carretera tiene mucho que ofrecer, principalmente a países en vía de desarrollo, que no cuentan con una organización ni del transporte urbano, ni del interurbano.
Son multitud los Estados que bien no cuentan con esta clase de transporte, bien lo tienen pero sin que funcione con arreglo a criterios de regularidad y con unas condiciones mínimas de calidad y seguridad. En su mayor parte se trata de países cuyas posibles rutas y segmentos del transporte por carretera precisan que sean objeto de subvenciones públicas, ya que el índice de vida de sus ciudadanos no les permite abonar una tarifa que cubra los costes de explotación.
Siendo exportables los sistemas de explotación de esta clase de servicios, según se atienden en España, nuestras empresas podrían organizarlos y prestarlos en estos Estados, si a tal efecto hubiera una partida económica presupuestaria en orden a todos los gastos que supone la introducción y relación de las mismas en dichos países, que en muchos casos acogerían las correspondientes propuestas como modo de mejorar (según así lo permitan sus presupuestos) sus incipientes sistemas de conexión por carretera. Es por ello que debería de estudiarse la implantación de un régimen de ayudas públicas para la consecución de este objetivo, que podría o no estar relacionado con los sistemas vigentes de ayudas a terceros países en desarrollo.
Potencial de las empresas
Estas ayudas no solo cubrirían los gastos que las gestiones de internacionalización conllevan, sino que también las referidas a la redacción de planes de transporte de viajeros por carretera adecuados a estos Estados, que se incluirían dentro de las acciones a realizar por nuestras empresas, como modo de desarrollo y explotación posterior de los servicios así planificados. En todo caso, no puede negarse el gran potencial de nuestras empresas al respecto, habida cuenta su centenaria experiencia, lo que debe ser aprovechado, incluso en coordinación con las empresas fabricantes de autobuses españolas.