El proyecto consiste en un intensivo programa de pruebas con autobuses eléctricos o híbridos enchufables de última generación, en el que toman parte ocho ciudades diferentes, para dar un impulso decisivo a la investigación y la innovación en tecnologías limpias aplicables al transporte urbano. Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) liderará las pruebas en asociación con los fabricantes Irizar y Solaris, y con la colaboración de Endesa, Enide, la Universidad Politécnica de Cataluña, Idiada y GMV.
Barcelona es la primera de las ocho ciudades europeas seleccionadas por el proyecto ZeEUS que comienza la fase de experimentación en la calle con autobuses eléctricos puros, para extraer datos y mejorarlos. Se confirma así la apuesta de la ciudad por el vehículo eléctrico y el trabajo de Barcelona para convertirse en un referente en las smart cities por la utilización inteligente de las tecnologías en beneficio de los ciudadanos, un camino que en el ámbito del transporte público implicará la electrificación progresiva de la flota de buses por motivos ambientales y de eficiencia.
Barcelona participa en el proyecto con la introducción en el servicio regular de TMB de cuatro autobuses eléctricos de cero emisioens, de dos tecnologías diferentes. Las pruebas se llevarán a cabo con dos autobuses estándar del modelo i2e de Irizar, equipados con baterías apropiadas para la carga nocturna (que ya están circulando desde hace dos meses), y dos Solaris Urbino articulados de 18 metros, equipados con baterías que permiten la carga en la terminal durante el día, y que llegarán a la ciudad dentro de algunas fechas.
Pruebas hasta abril de 2017
El proyecto ZeEUS, que se desarrolla entre noviembre de 2014 y abril de 2017, incluye pruebas similares en Londres, Glasgow (Gran Bretaña), Estocolmo (Suecia), Münster, Bonn (Alemania), Pilsen (República Checa) y Cagliari (Italia). En total, 35 autobuses eléctricos puros o híbridos enchufables, construidos por seis fabricantes europeos, serán probados por los operadores locales. El proyecto, cofinanciado por el programa marco de investigación y desarrollo tecnológico FP7 de la Comisión Europea, tiene un presupuesto de 22,5 millones de euros, de los que 13,5 corresponden a fondos europeos.
Conviene añadir que Barcelona ya opera desde hace meses otro vehículo eléctrico, un K9 de la marca BYD, y que tiene la intención de instalar un punto de recarga rápida en la calle para aumentar la autonomía de las uindades articuladas que están por llegar.