Se trata, han dicho desde el instituto valenciano, de un sistema de sensores que va integrado en la cubierta del asiento y en el cinturón de seguridad que mide la actividad cardíaca sin que el conductor lo note.
Hasta la fecha no existía ningún dispositivo capaz de medir estas constantes de manera no invasiva en un coche y obteniendo un resultado equiparable a la medición en un laboratorio.
Según explica el director de Innovación de Mercados en Automoción y Medios de Transporte del IBV, José Solaz, "monitorizando estas constantes podemos detectar y, por tanto, avisar al conductor ante la aparición de síntomas de fatiga”.
El dispositivo ha sido testado por usuarios en circuito cerrado (en la escuela de conducción Luis Climent) para determinar su eficacia en condiciones de uso reales.