La escasez de conductores profesionales de camión en todo el mundo sigue siendo alarmante, y las cifras publicadas por la IRU (Organización Internacional del Transporte por Carretera) evidencian una de sus causas más preocupantes: la brecha generacional entre los conductores jóvenes y los de mayor edad no deja de crecer. Según el último informe global de la entidad, solo el 6,5% de los conductores de camión tienen menos de 25 años, y esta proporción no deja de descender, mientras que el número de profesionales mayores de 55 años sigue aumentando.
Los datos recabados en 36 países –que en conjunto representan el 70% del PIB mundial– muestran que la media de edad global de los conductores de camión ya se sitúa en los 44,5 años, con cifras críticas en países como España, donde uno de cada dos camioneros tiene más de 55 años. A esto se suma el hecho de que en los próximos cinco años se jubilarán 3,4 millones de profesionales, lo que podría generar un colapso estructural si no se toman medidas urgentes.
En contraste, el interés de las nuevas generaciones por esta profesión parece estancado. En países como Alemania, Italia o España, los conductores menores de 25 años apenas representan entre el 2% y el 3% de la plantilla total. Una situación que, de no revertirse, agravará aún más la escasez de profesionales en un sector esencial para el comercio y la economía global.
Desde IRU, su secretario general, Umberto de Pretto, lanza una advertencia clara: “Estamos ante una bomba de relojería demográfica. Si no se actúa con decisión, el impacto en la competitividad y el crecimiento económico será grave y duradero”.
Para mitigar este desafío, IRU propone varias medidas, entre ellas reducir los umbrales de edad para acceder a la profesión, integrar la formación de conductores en los sistemas educativos nacionales e invertir en zonas de descanso seguras y bien equipadas, lo que mejoraría las condiciones de trabajo y el atractivo del sector para los jóvenes.