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T&E exige revisar políticas de biocombustibles para evitar fraudes

T&E exige revisar políticas de biocombustibles para evitar fraudes

viernes 11 de abril de 2025, 07:00h
Un estudio de Transport & Environment revela que el uso de residuos de palma en biocombustibles podría ocultar el aceite de palma convencional, cuestionando la sostenibilidad del diésel renovable. La discrepancia en la disponibilidad del efluente de fábrica (POME) sugiere un posible fraude en el etiquetado, lo que preocupa a la UE.Los datos recopilados revelan que más de 2 millones de toneladas de POME se utilizaron en la Unión Europea para producir diésel renovable en 2023, a pesar de que las estimaciones mundiales sitúan la disponibilidad del residuo en torno a 1 millón de toneladas.

Un estudio de la organización Transport & Environment (T&E) alerta de que el uso de residuos de palma en los biocombustibles podría estar ocultando el empleo de aceite de palma convencional, poniendo en duda la sostenibilidad del diésel renovable vendido por las grandes petroleras.

El biocombustible que muchas compañías promueven como una alternativa limpia al diésel tradicional podría no ser tan verde como parece. Según un nuevo informe de Transport & Environment (T&E), el supuesto uso de residuos de la producción de aceite de palma, concretamente el efluente de fábrica de aceite de palma (POME), se ha disparado en Europa hasta niveles que duplican la disponibilidad global real del producto. Esto plantea dudas sobre si las grandes petroleras están empleando realmente residuos o, por el contrario, están utilizando aceite de palma convencional bajo una etiqueta más favorable.

Los datos recopilados revelan que más de 2 millones de toneladas de POME se utilizaron en la Unión Europea para producir diésel renovable en 2023, a pesar de que las estimaciones mundiales sitúan la disponibilidad del residuo en torno a 1 millón de toneladas. Esta discrepancia, junto con la dificultad de recolectar este residuo de forma efectiva, hace pensar a T&E que se está produciendo un fraude sistemático en el etiquetado de materias primas.

La preocupación es especialmente relevante dado que el uso de aceite de palma en biocombustibles convencionales cayó en un 80% desde 2019, tras la decisión de la UE de excluirlo progresivamente de sus objetivos de energías renovables. No obstante, los residuos de aceite de palma, como el POME, han ocupado ese espacio, llegando a representar un cuarto del diésel HVO consumido en Europa en 2023. Esto ha generado un nuevo mercado en el que, según T&E, podrían estarse camuflando importaciones de aceite de palma como si fueran residuos.

España, Italia, Alemania y Reino Unido se sitúan entre los mayores consumidores europeos de POME. En el caso español, un tercio de los biocombustibles utilizados en 2023 procedían de este supuesto residuo. La dependencia italiana rozó el 20%, mientras que en Alemania el consumo se cuadruplicó entre 2021 y 2022. Estas cifras, unidas al hecho de que el precio del POME ha alcanzado el 90% del precio del aceite de palma, refuerzan las sospechas sobre su origen real y han llevado a T&E a plantear una reclasificación del POME como subproducto, dada su creciente rentabilidad en el mercado.

Cian Delaney, portavoz de T&E, ha sido claro: “Parece que gran parte de POME podría ser solo aceite de palma disfrazado. Esto plantea serias preocupaciones sobre si este diésel renovable es tan verde como dicen las grandes petroleras. Tenemos que eliminar los incentivos políticos que permiten que las materias primas poco fiables lleguen a Europa como combustibles supuestamente sostenibles.”

La organización insta a la Unión Europea a revisar urgentemente su política de incentivos a los biocombustibles, especialmente aquellos clasificados como residuos, para garantizar que no se perpetúa un modelo que puede estar contribuyendo a la deforestación y al fraude comercial. Mientras tanto, los consumidores y responsables políticos deben extremar la vigilancia para asegurar que la transición energética no se construye sobre bases falsas.