La entrada en vigor del nuevo arancel del 20% impuesto por Estados Unidos a los productos procedentes de la Unión Europea, prevista para el próximo 9 de abril, ha encendido las alarmas en el sector agroalimentario español. En este contexto, SOS Rural ha lanzado un mensaje claro: Europa debe transformar esta crisis comercial en una oportunidad para reforzar su mercado único.
Natalia Corbalán, portavoz de la plataforma, ha instado a las instituciones europeas a “dejar a un lado el victimismo” y a trabajar de forma decidida en la mejora del mercado interior, apostando por una estrategia que combine crecimiento, innovación, empleo y sostenibilidad medioambiental. Para la organización, es fundamental abordar con determinación los efectos negativos que la política comercial de la actual administración estadounidense puede tener sobre productos como el vino, la aceituna o el aceite de oliva, grandes pilares de la exportación española.
SOS Rural ha denunciado además la incoherencia del presidente estadounidense, al aplicar restricciones comerciales a unos países mientras permite el libre acceso a productos procedentes de economías con estándares medioambientales y laborales mucho menos exigentes. En este sentido, Corbalán ha defendido que toda política arancelaria debe basarse en criterios de reciprocidad y respeto entre socios.
La organización reclama al Gobierno de España y a las instituciones europeas que adopten una posición firme y unificada. Entre las propuestas, destaca la necesidad de eliminar barreras comerciales internas, reducir cargas regulatorias y fiscales que afectan a la competitividad del tejido productivo europeo, y acelerar la búsqueda de nuevos mercados internacionales. En este contexto, se ha puesto en valor el acuerdo con Mercosur como una herramienta clave para ampliar el alcance de las exportaciones agroalimentarias europeas.
Finalmente, SOS Rural ha advertido de que las decisiones que se adopten en las próximas semanas pueden ser determinantes para el futuro del modelo económico europeo. Corbalán ha subrayado que “Europa debe marcar su propio camino con inteligencia, cohesión y visión estratégica”, ya que lo que está en juego es su rol en el escenario internacional y la resiliencia del sector primario ante retos cada vez más globales.
