La Comisión Europea concederá a los fabricantes de automóviles un margen adicional para cumplir los objetivos de reducción de emisiones de CO₂ establecidos para 2025. Según anunció hoy la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se permitirá que esos objetivos se cumplan en un periodo de tres años, en lugar de únicamente en uno. Esta modificación sin precedentes, que todavía debe ser ratificada por los gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo, supondría un cambio significativo en el calendario de cumplimiento en pleno año de exigencias medioambientales para el sector automovilístico.
La propuesta ampliaría hasta 2027 el plazo de cumplimiento del objetivo de 2025, dando así una mayor flexibilidad a los fabricantes de vehículos para la comercialización de modelos limpios. De aplicarse, los fabricantes podrían vender menos coches de bajas o nulas emisiones en 2025 a cambio de incrementar el número de modelos eléctricos en los dos años siguientes (2026-2027). Esta medida aliviaría la presión sobre el sector para lanzar automóviles más asequibles y totalmente eléctricos a corto plazo.
En este sentido, la reacción desde organizaciones comprometidas con la transición ecológica de la industria automovilística no se ha hecho esperar. William Todts, director ejecutivo de Transporte y Medio Ambiente (T&E) y participante en el Diálogo del Automóvil de la UE, manifestó su preocupación en estos términos:
«El debilitamiento de las normas de la UE sobre vehículos limpios recompensa a los rezagados y hace poco por la industria automovilística europea, salvo dejarla aún más rezagada con respecto a China en materia de vehículos eléctricos. La UE corre el riesgo de crear una incertidumbre muy perjudicial sobre la transición del vehículo eléctrico en Europa. Así pues, esperamos un plan de acción automovilístico que restablezca la confianza y vuelva a encarrilar a Europa y a su industria hacia coches 100% libres de emisiones en 2035.»
La concesión, en caso de concretarse, afectaría a la presión que hasta ahora recae sobre los fabricantes europeos para incrementar el número de modelos asequibles de coches eléctricos. Actualmente, se espera que modelos como el Renault R5 o el Citroën eC3 ayuden a las marcas a cumplir las metas de CO₂ para 2025 gracias a su menor huella de carbono. Pero con el nuevo calendario propuesto, los fabricantes no estarían obligados a impulsar estos lanzamientos con la misma urgencia, ya que dispondrían de tres años de margen para compensar posibles déficits en las ventas de vehículos más limpios.
El objetivo de CO₂ para 2025 se considera, a día de hoy, alcanzable para la mayoría de los fabricantes. Sin embargo, la nueva iniciativa de la Comisión Europea introduce una flexibilidad que, según sus detractores, podría entorpecer el despliegue de la movilidad eléctrica y retrasar la adopción de modelos a baterías de menor coste, dificultando así la lucha contra el cambio climático.
Próximos pasos
La propuesta aún debe someterse al escrutinio de los gobiernos de la UE y de los eurodiputados en el Parlamento Europeo. Su aprobación dependerá en gran medida del consenso en torno a la necesidad de equilibrar los objetivos medioambientales con la competitividad de la industria automovilística europea en un mercado global donde los competidores internacionales, en particular China, avanzan con rapidez en la producción de vehículos eléctricos.
De confirmarse, la medida representaría una de las concesiones más amplias otorgadas al sector automovilístico europeo en los últimos años y marcaría un hito en las políticas climáticas del Viejo Continente, obligando a replantear el ritmo de la transición hacia la electromovilidad y la neutralidad en carbono.