La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), como representante del sector en España, ha manifestado su preocupación tras el reciente informe emitido por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) sobre el sector de la formación vial. Desde CNAE consideran que algunas de las conclusiones y propuestas podrían comprometer gravemente la seguridad vial y la calidad de la formación de los conductores. Entre los aspectos más preocupantes destacan la propuesta de permitir la conducción acompañada por tutores no profesionales, la falta de regulación en la formación práctica y la eliminación de requisitos esenciales para operar como autoescuela.
Conducción acompañada: un riesgo para la seguridad
Una de las medidas propuestas por la CNMC es la posibilidad de permitir la conducción acompañada por tutores no profesionales, siguiendo modelos de otros países. Desde CNAE destacan que esta iniciativa ignora el contexto cultural, normativo y de seguridad vial de España, donde el uso de vehículos con doble mando y la supervisión de profesores certificados son estándares clave para garantizar la seguridad en el aprendizaje práctico.
El presidente de CNAE, Enrique Lorca, subraya que “los vehículos con doble mando y la intervención de formadores cualificados no son un lujo, sino una necesidad para reducir riesgos y garantizar una enseñanza eficaz”. Reemplazar esta supervisión profesional por tutores no capacitados podría incrementar los accidentes y dificultar la adquisición de competencias seguras al volante.
Además, CNAE advierte que esta medida podría empeorar la ya elevada tasa de suspensos en los exámenes prácticos, al trasladar hábitos de conducción incorrectos de los tutores a los aspirantes. Esto pondría en peligro no solo a los futuros conductores, sino también a todos los usuarios de las vías.
La tasa de suspensos: un problema estructural
El informe de la CNMC atribuye las altas tasas de suspensos a una supuesta ineficiencia en la formación vial, algo que CNAE considera una interpretación simplista. Según la Confederación, el problema radica en la falta de una regulación que garantice un nivel mínimo de preparación antes de presentarse al examen. Actualmente, es el propio alumno quien decide cuándo está listo para examinarse, lo que resulta en una elevada cantidad de aspirantes insuficientemente preparados.
A esto se suma la falta de recursos en las Jefaturas de Tráfico, lo que genera largas listas de espera para realizar los exámenes. Estas demoras afectan la confianza y habilidades prácticas de los alumnos, incrementando la probabilidad de suspender. CNAE reclama soluciones estructurales, como una regulación más estricta en la formación y un refuerzo de los recursos humanos y organizativos en las Jefaturas.
Impacto en la profesionalidad del sector
Otro de los puntos polémicos del informe de la CNMC es la eliminación de requisitos básicos para operar como autoescuela, como la obligatoriedad de contar con vehículos homologados o instalaciones físicas. Desde CNAE advierten que esta liberalización podría afectar gravemente la calidad de la formación vial, dando paso a un mercado desregulado y fragmentado.
Las autoescuelas no solo enseñan a manejar un vehículo, sino que inculcan conocimientos y valores esenciales para garantizar la convivencia segura en las carreteras. Relajar los estándares básicos afectaría la profesionalidad del sector, priorizando el beneficio económico sobre la calidad de la enseñanza y comprometiendo la seguridad vial.
Un llamado al diálogo y a la responsabilidad
CNAE insta a las autoridades y organismos competentes a abordar las problemáticas del sector desde un enfoque integral que combine las necesidades del mercado con la prioridad de garantizar una formación de calidad y la seguridad vial. La Confederación se muestra abierta al diálogo y dispuesta a colaborar para encontrar soluciones, pero insiste en que cualquier cambio debe basarse en un análisis riguroso y un compromiso firme con la seguridad en las carreteras.
“El objetivo común debe ser reducir el número de víctimas mortales y heridos graves en siniestros viales, como marca la Unión Europea. Cualquier propuesta que comprometa este objetivo debe ser replanteada”, concluye Enrique Lorca.