Los fabricantes europeos de camiones y autobuses están marcando un hito en la transición hacia un transporte por carretera más sostenible, con la introducción de vehículos de última generación de cero y bajas emisiones. Sin embargo, advierten que su adopción a gran escala en el mercado podría estar en riesgo si no se crean las condiciones necesarias para su desarrollo.
Según los datos más recientes de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), las ventas de vehículos de cero emisiones, como camiones eléctricos y autobuses, han crecido en la primera mitad de 2024. Sin embargo, esta tendencia positiva se ve limitada por factores como la falta de infraestructura de carga y recarga de hidrógeno, así como la ausencia de políticas efectivas que incentiven la renovación de flotas y las inversiones en transporte sostenible.
Actualmente, están disponibles más de 45 modelos de camiones eléctricos de batería y 18 modelos de autobuses y autocares eléctricos en configuraciones adaptables a diversas necesidades del transporte. Además, los camiones propulsados por hidrógeno, ya sea mediante pila de combustible o motores de combustión de hidrógeno, representan una alternativa prometedora y algunos modelos ya están operativos en Europa.
Infraestructura y medidas urgentes para el cambio
Para garantizar la adopción masiva de estos vehículos, ACEA destaca la necesidad de:
- Infraestructura de carga: Se requieren 50.000 cargadores públicos de camiones, incluyendo 35.000 de alta potencia (MCS), para facilitar la recarga rápida durante las pausas obligatorias.
- Estaciones de hidrógeno: Alrededor de 2.000 estaciones de recarga de hidrógeno, capaces de suministrar al menos dos toneladas diarias, son esenciales para el despliegue de camiones impulsados por hidrógeno.
- Políticas efectivas: Es imprescindible una tarificación efectiva del carbono y medidas que apoyen la renovación de flotas, reduciendo los costos totales de propiedad (TCO) para los operadores.
Objetivos para 2030: un desafío para el sector
El objetivo de la UE para 2030 exige una reducción del 45% de las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos en comparación con 2019. Esto supone que aproximadamente 400.000 vehículos de cero emisiones deberán estar en funcionamiento en las carreteras europeas para esa fecha. La ACEA advierte que será crucial acelerar las matriculaciones y garantizar el entorno adecuado para cumplir estos ambiciosos objetivos climáticos.
Liderazgo europeo, pero desafíos globales
A pesar de liderar la transición hacia la neutralidad climática, los fabricantes europeos subrayan que alcanzar estos hitos depende de la colaboración entre la industria, las autoridades y los operadores de transporte. Sin un apoyo decidido, la transformación del transporte por carretera podría verse frenada, comprometiendo los avances logrados hasta ahora.
Este llamado a la acción subraya la necesidad de un esfuerzo conjunto para garantizar que los vehículos de cero emisiones no solo lleguen al mercado, sino que se conviertan en la norma en las carreteras europeas en los próximos año