Fue un año antes cuando las Naciones Unidas decidieron que nuestro planeta merecía este reconocimiento. Necesitaba que, al menos durante un día al año, todos los focos estuvieran puestos en su preservación. En esta edición 2022, la campaña elegida es #UnaSolaTierra, con la intención de concienciar a la población mundial de las tres principales emergencias a las que se enfrente el planeta: un calentamiento demasiado rápido, la pérdida de hábitat (más de un millón de especies están en peligro de extinción) y la contaminación. Aunque los tres están íntimamente relacionados. Este eslogan fue empleado en la primera Conferencia de Estocolmo de 1972, un evento que puso el medio ambiente en la agenda global y condujo al establecimiento del Día Mundial del Medio Ambiente. Ahora, 50 años después, de nuevo la capital sueca ha albergado el evento ‘Estocolmo+50’ a modo de conmemoración. El papel del Sector No solo el transporte por carretera, sino la automoción en su conjunto, se han convertido en un elemento clave de la lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones. “Tenemos que dejar de dañar el planeta y comenzar a cuidarlo” fue una de las afirmaciones más reiteradas en la cumbre de Estocolmo, y en esa línea se ha venido trabajando durante el último medio siglo. “La sostenibilidad puede aplicarse a múltiples aspectos. Desde la energía, los sistemas de protección de la biodiversidad, el comercio mundial o el transporte, pasando por cómo vivimos en nuestras ciudades, cómo y dónde se invierte nuestro dinero, nuestros sistemas alimentarios y hasta lo que hacemos para divertirnos”, se afirma desde las Naciones Unidas, pero “para elegir el camino de la sostenibilidad en todos los aspectos de la vida, debemos tener opciones disponibles, asequibles y atractivas y así tomar mejores decisiones diarias. Muchas de estas opciones solo pueden generarlas entidades más grandes: gobiernos nacionales y regionales, instituciones financieras, empresas, organizaciones internacionales y otras entidades con el poder de reescribir las reglas, enmarcar nuestra ambición y abrir nuevos horizontes”. En cualquier caso, el Sector se sabe parte del problema, tanto que ha declarado por activa y por pasiva su compromiso por ser también parte de la solución. Más allá de las restricciones legales a sus emisiones contaminantes, son multitud las empresas que incorporan los objetivos ambientales en sus estrategias de desarrollo, en la reducción de energía de sus plantas de producción, en las materias primas empleadas para la fabricación de sus vehículos y en la economía circular. Es el camino, no hay otro. Y el Sector no solo lo sabe, sino que lo demuestra.