Por ello, las administraciones públicas apuestan por impulsar el transporte público, por la promoción de los modos no motorizados, y por la utilización de los más eficaces desde una perspectiva energética y medioambiental, fomentando el transporte público, tanto urbano como interurbano.
Para alcanzar este objetivo, ha continuado, se ha extendido en el transporte público urbano europeo la utilización de tarjetas que bonifican al usuario con tarifas reducidas, así como el establecimiento de tarifas más bajas para los miembros de determinados grupos sociales.