Se trata de un proyecto de gran importancia para el Ayuntamiento, como demuestra que el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, estuvieran presentes en la salida del último autobús con base allí, que ahora se trasladan temporalmente al Centro de Fuencarral.
Allí están ya un total de 315 buses y todo el personal que atendía la cochera, tan importante para la ciudad como que el año pasado cumplió medio siglo de actividad.
Continuar trabajando
Madrid es la segunda ciudad de Europa con mayor número de líneas eléctricas de autobuses, recalcó el alcalde, aunque insistiendo en la necesidad de continuar trabajando para convertir la sostenibilidad en una de las señas de identidad de nuestra ciudad.
115 millones de euros servirán para renovar una instalación modélica, que contará con aparcamiento de 32.200 m2 para 318 autobuses eléctricos, 20 de ellos articulados. Además, como curiosidades se va a construir una cubierta fotocatalítica de 34.000 m2 con efecto descontaminante de descomposición de óxidos de nitrógeno (NOx), una fachada vegetal permeable de más de 1.100 m2, y un edificio de talleres de 6.180 m2 que tendrá diferentes áreas: mecánica, chapa, electricidad, pintura, lavado e ITV. Y todo ello, en 2025.
Por lo tanto, no es un adiós a 50 años de historia, sino un hasta pronto.

