Dada la hecatombe, que en solo mes y medio, afecta al conjunto de las empresas que componen y representa Aetram, y por ende al Sector integro, la realidad es que hay 3.000 autocares parados
Aetram, como uno de los referentes del sector de transporte discrecional de viajeros, regulares de uso especial y del transporte turístico de la Comunidad de Madrid, cuya presidencia ostenta del Comité Madrileño de Transporte por Carretera, expone a estos destinatarios de la Administracion “la situación por la que atraviesa este colectivo de empresarios, cuya aportación histórica al servicio de la movilidad de los ciudadanos en Madrid es inestimable y, por tanto, debe ser considerado como sector estratégico a la hora de posibilitar su supervivencia”.
Dada la hecatombe, que en solo mes y medio, afecta al conjunto de las empresas que componen y representa Aetram, y por ende al Sector integro, la realidad es que “3.000 autocares parados; misma carga social y tributaria; Ertes por fuerza mayor que no se conceden en todos los casos. Misma carga financiera. Mismos gastos corrientes; Cero ingresos, y cero expectativas de generación de trabajo”. Para Aetram es indispensable y urgente que “las distintas administraciones tienen que asumir esta realidad, no dejando pasar un día más sin poner en marcha planes que tengan como referencia el transporte colectivo que, en el peor de los casos, retiraría de la circulación diaria entre 10 y 20 turismos, por cada autocar puesto a trabajar, con independencia del límite de ocupación inicial”.
Aetram se ofrece al conjunto de las administraciones competentes “para aportar movilidad sostenible, justo ahora que todo tiene signo contrario. Para salvar la movilidad de los que están y de los que llegan. Porque la perdida de la movilidad de nuestras empresas causará a las administraciones un mal infinitamente mayor que la perdida de las empresas mismas, por eso ofrecemos a la Administración un plan de lanzaderas transversales directas entre unas poblaciones y otras de la Comunidad de Madrid. Y desde las poblaciones limítrofes a los parques industriales de la comunidad. Porque la movilidad no puede dejar de prestarse. Habrá que adaptarse a la ocupación mínima; habrá que cumplir los protocolos sanitarios; habrá que definir el coste; habrá que diseñar el plan que potencie y de viabilidad a las empresas. Pero no puede ser mañana. Tiene que ser ya. La administración no puede permitirse el lujo de tener tres mil autocares parados cuando un plan de movilidad ciudadana es más necesario que nunca. Es imprescindible para hacer camino al andar”.
Aetram considera que las medidas que se han adoptado hasta la fecha “no son sino parches provisionales que no tienen en cuenta la gravedad de unos acontecimientos que, en tan poco tiempo, empiezan a poner en situación de jaque mate a nuestras empresas. Si se pierden las empresas dedicadas al transporte de viajeros de Madrid, más allá de los trabajadores afectados laboralmente, y más allá de su crisis económica abocada a la quiebra, se perderá una forma idónea, excelente e insustituible de transportar viajeros, trabajadores, escolares, excursionistas, visitantes, turistas, amigos, familias. Se dejará de atender a los millones y millones de personas transportadas por nuestras empresas, con los más de tres mil autocares que componen nuestras flotas en Madrid”.