En esta edición, el presidente de Astic, Marcos Basante, ha mostrado su preocupación por el transporte que, pese a crecer en torno al 5% en 2017, suponer cerca del 4% del PIB, generar más de 850.000 puestos de trabajo y 10.000 millones de euros de recaudación para el Estado español; no tiene ni el reconocimiento ni la visibilidad que le corresponden. El último informe de comercio exterior de Eurostat confirma que en España las exportaciones crecen a la velocidad récord del 8%, hasta alcanzar los 282.000 millones de euros en 2017.
Durante la asamblea se han tratado dos de los asuntos que más preocupan a los empresarios, el nuevo paquete de carreteras impulsado por la comisaria de Transporte en Europa, Violeta Bulc, junto con la aplicación al transporte de la directiva de Desplazamiento de Trabajadores (DDT)
Durante la asamblea se han tratado dos de los asuntos que más preocupan a los empresarios, el nuevo paquete de carreteras impulsado por la comisaria de Transporte en Europa, Violeta Bulc, junto con la aplicación al transporte de la directiva de Desplazamiento de Trabajadores (DDT). La propuesta de ‘Vuelta a Casa’, sustituye la actual obligación de la alternancia entre los descansos normales y los reducidos, así como la prohibición de realizar los descansos normales en cabina. Es “irreal para el Sector, ya que no existen áreas de descanso suficientes, ni seguras, para que los conductores puedan descansar fuera de su cabina”, ha calificado el Basante.
En cuento a la DDT, Astic sigue esperando que su solicitud de excluir a los trabajadores del transporte por carretera de su ámbito de aplicación llegue a su aprobación final, ya que “los conductores no son trabajadores desplazados, sino que se desplazan por Europa, atravesando varios países en un mismo día para regresar a su origen”, ha comentado Marcos Basante.
Otra de las grandes preocupaciones tratadas durante la asamblea 2018 es la carga fiscal que soporta el empresario del transporte por carretera y la necesidad de alertar sobre el impacto en la economía que tendrá el gravar el precio de los carburantes, que ya suponen más de un 30% de la fiscalidad total que soporta el transporte internacional y que, de aumentar, impactará negativamente sobre el comercio exterior de España. “Se está demonizando la movilidad por carretera pese a que camiones y autobuses solo representamos el 6% de las emisiones de CO2 a la atmósfera en la Unión Europea”, ha declarado el presidente de Astic.