Una de las claves para lograr una cadena de suministro más robusta es la diversificación de proveedores y rutas. Confiar en un solo canal de abastecimiento o en rutas fijas puede ser riesgoso en un entorno volátil. Las empresas están apostando por modelos de logística flexible, donde se pueden adaptar rápidamente a cambios en la demanda o en la infraestructura de transporte. En este sentido, la digitalización juega un papel clave, permitiendo analizar datos en tiempo real y tomar decisiones más informadas ante cualquier eventualidad.
Además, la sostenibilidad y la eficiencia energética están cada vez más ligadas a la resiliencia en la logística. El uso de vehículos eléctricos, la optimización del consumo de combustible y la integración de prácticas de logística verde no solo ayudan a reducir costos, sino que también protegen a las empresas ante regulaciones más estrictas en materia medioambiental. En 2025, las empresas de transporte que logren adaptarse a los desafíos globales y fortalezcan sus cadenas de suministro serán las que lideren el mercado, garantizando entregas más eficientes y sostenibles.