El Paquete de Movilidad, aprobado en 2020, establecía inicialmente como fecha límite el 31 de diciembre de 2024 para la instalación de estos dispositivos en vehículos que realizan transporte internacional. Sin embargo, problemas en la producción de los nuevos tacógrafos y la sobrecarga de trabajo en los talleres instaladores han provocado que un 15% de la flota afectada aún no haya completado el proceso, según estimaciones oficiales.
Durante una reunión celebrada el pasado 18 de diciembre, la Comisión Europea y los Estados miembros acordaron implementar un "período educativo" de dos meses, en el que se priorizará la concienciación sobre esta obligación en lugar de aplicar sanciones en carretera. Hasta el 28 de febrero, los operadores que no hayan actualizado los tacógrafos de sus vehículos podrán continuar operando sin ser penalizados, siempre y cuando trabajen en incrementar su cumplimiento.
Los Estados miembros se han comprometido a difundir esta medida de relajación temporal a través de canales oficiales, con el objetivo de garantizar que todos los operadores afectados estén informados. Esta moratoria busca equilibrar la aplicación de la normativa con las dificultades prácticas experimentadas por el sector, ofreciendo un margen adicional para la adaptación tecnológica.
El nuevo tacógrafo inteligente de segunda generación, vigente desde agosto de 2023, representa un avance en la modernización del transporte, al aportar mayor seguridad y eficiencia en la gestión de datos.