La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) ha anunciado sus previsiones para 2025, anticipando un crecimiento moderado en el transporte de mercancías por carretera en España, pese a los retos que plantea un entorno económico y regulatorio complejo. Entre los principales desafíos destacan los gravámenes por emisiones de CO2, la volatilidad de los precios del petróleo y el aumento de los costes laborales, de seguros y de camiones.
Según Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC, el transporte por carretera es un reflejo directo de la economía. “Si las previsiones de crecimiento del PIB se sitúan en torno al 2,3% en 2025, nuestro sector también debería experimentar una ligera mejora, aunque los mercados clave, como Francia y Alemania, podrían lastrar el transporte internacional debido a su recesión económica y menor actividad industrial”, señaló.
A pesar de las dificultades, 2024 ha sido un año positivo para el sector, con un crecimiento del 8% en el volumen de transporte de mercancías y un aumento del 14,2% en matriculaciones de vehículos industriales respecto al año anterior. No obstante, la incertidumbre jurídica y los constantes cambios normativos siguen afectando negativamente a la rentabilidad de las empresas.
Entre las normativas más relevantes que impactarán en 2025, destacan la implementación de peajes por emisiones de CO2 en varios países europeos, el aumento de los costes sociales y las nuevas exigencias en materia de descarbonización y digitalización.
ASTIC ha reiterado la necesidad de una colaboración más efectiva entre el sector y el Ministerio de Transportes. Valdivia destacó la falta de avances en los grupos de trabajo creados para abordar problemas como la falta de conductores profesionales, la descarbonización y la aplicación de la Ley de Cadena de Transporte. “Es fundamental que nuestras demandas sean escuchadas para garantizar un futuro sostenible y competitivo para el transporte por carretera”, afirmó.
Con aproximadamente 360.000 camiones en circulación, el sector es responsable del 96% de las mercancías transportadas en España, consolidándose como un pilar estratégico de la economía nacional. Sin embargo, la evolución de los próximos años dependerá en gran medida de la estabilidad regulatoria y económica, así como del apoyo gubernamental al sector.