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¿Qué futuro podemos esperar de la combustión de hidrógeno?

Viernes 05 de julio de 2024
La infraestructura actual limita su expansión, pero podría ser viable en aplicaciones de transporte de larga distancia

Pues, dando por sentado que no tendrá una presencia masiva en el mercado, podemos convenir que puede convertirse en una solución para determinadas aplicaciones.

Así lo explica un trabajo de Jamie Fox, uno de los principales investigadores de Interact Analysis, quien explica que las ventas, principalmente de camiones con motor de combustión de hidrógeno (H2 ICE), maquinaria/vehículos todoterreno y grupos electrógenos, están impulsadas por la necesidad de evitar la dependencia de la energía extranjera (en India) y por razones medioambientales: cambio climático y contaminación local (en Europa, EE.UU. y otros países).

No parece que el hidrógeno de combustión se convierta en un fenómeno de masas

Además, “los motores de hidrógeno son en cierto modo similares a los motores diésel, y pueden ser producidos por empresas con la experiencia y las instalaciones de producción para el diésel”.

Por estas razones, a juicio de Fox “siempre habrá gobiernos nacionales o locales, o grandes empresas dispuestas a arriesgarse con una nueva tecnología, pero las primeras ventas no significan necesariamente que vaya a aparecer un mercado de masas”.

El estudio continúa indicando que, “según nuestra experiencia, basada en modelos y entrevistas con expertos durante los últimos siete años, el aumento de las ventas de una nueva tecnología del 1%-2% al 5%-10% sólo se producirá cuando la nueva tecnología sea menos costosa o claramente mejor en algún aspecto que la tecnología predominante, o cuando la tecnología existente esté siendo objeto de algún tipo de legislación en contra”.

Necesitará la caída del diésel

Esto quiere decir que el recorrido hasta alcanzar un mercado de masas del H2 ICE “parece muy difícil, dado que el coste total de propiedad de los vehículos H2 ICE es más caro que el de los vehículos diésel y BEV, no ofrece mayor utilidad o más ventajas frente al diésel, y el diésel existente no se está eliminando actualmente”, a lo que se debe añadir que “actualmente no existe la infraestructura necesaria para el hidrógeno”.

En cualquier caso, el diésel desaparecerá antes en carretera que fuera de ella, pero “en la mayoría de las aplicaciones de carretera, el BEV simplemente superará al H2 ICE en coste y quizá en infraestructura. El transporte de larga distancia es una cuestión más abierta, ya que es muy difícil para los BEV, lo que significa que los H2 ICE podrían tener sentido”.

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