Los servicios operaron con toda la normalidad posible
Adaptándose rápidamente a las circunstancias, las compañías de autobuses recurrieron a métodos tradicionales como la emisión manual de billetes y el conteo de pasajeros a pie de puerta. A pesar de las dificultades, el servicio apenas se interrumpió, demostrando una gran capacidad de respuesta en un momento crítico. La imposibilidad de recargar algunos vehículos eléctricos provocó incidencias aisladas, pero la red de autobuses siguió operando con fiabilidad.
"El autobús vuelve a ser protagonista, pues dado que no tiene dependencia del sistema eléctrico ha podido funcionar con cierta normalidad", ha explicado Rafael Barbadillo, presidente de Confebus. "Ha habido que volver al sistema tradicional, con billetes manuales y contando viajeros en la puerta, pero el servicio se ha prestado y se va a seguir prestando prácticamente con total normalidad. Puede haber algunas incidencias desde el punto de vista de la recarga de algún vehículo eléctrico, pero en términos generales el servicio va a funcionar. Al no tener comunicaciones no hemos podido contactar con las autoridades para saber qué teníamos que hacer, pero en líneas generales se ha funcionado con bastante normalidad".
"Quizás los más afectados han sido los servicios turísticos, que se han podido ver afectados por algunos retrasos en los aviones, pero en líneas generales el sector ha funcionado bien", concluye Barbadillo.
Con calles sumidas en la oscuridad, teléfonos sin cobertura y un clima general de incertidumbre, los autobuses se han convertido en un pilar de normalidad. En un escenario tan adverso, el sector del transporte por carretera ha vuelto a poner de relieve su papel fundamental en el mantenimiento de la vida cotidiana de las ciudades.