Tal y como explican desde Confebus, dicho documento “recoge y analiza las alegaciones presentadas al borrador de la Estrategia por diferentes organismos y personas”, incluidas las aportaciones de Confebus-Madrid.
El autobús se considera imprescindible para el devenir de la Estrategia madrileña
Entre ellas se “considera procedente y se estima que la Estrategia posicione al autobús como agente clave contra la contaminación y el cambio climático”, dado que “las externalidades negativas asociadas al Transporte no corresponden al autobús, que únicamente representa el 0,21% del total de vehículos en la Comunidad de Madrid”, por lo que se incluyen los datos para constatar al autobús como un elemento imprescindible para el desarrollo de las áreas de actuación de la Estrategia.
También ha tenido eco la alegación de Confebus-Madrid sobre que “no se contemplan medidas específicas de promoción del autobús ni del transporte escolar o de trabajadores, por lo que se modifica el texto para otorgarle mayor importancia”.
También se considera relevante que la Estrategia contemple “planes de ayudas para la renovación de flotas de vehículos industriales bajo el amparo del principio de neutralidad tecnológica” y “la necesidad de infraestructuras adecuadas que favorezcan al transporte en autobús, como pueden ser la implantación de carriles Bus-VAO”.
Alguna negativa
Sin embargo, también hubo algunas alegaciones desestimadas, como “la meta fijada a 2030 de un 50% de vehículos destinados al transporte de pasajeros y mercancías, que no constituye un objetivo realista, y la dificultad de alcanzar una flota de autobuses interurbanos CERO emisiones en 2030”, aunque se deja la puerta abierta a una posible flexibilización de los plazos; o la definición de “criterios de obligatoriedad adicionales al establecimiento de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)”, dado que la competencia al respecto es municipal.