La acción militar emprendida por Rusia contra Ucrania es un despropósito. La paz y el diálogo deberían imperar, siempre, entre países civilizados. Y las armas nunca son la solución a ningún conflicto.
Problema humanitario, y después económico
El problema humanitario no necesita explicación. Pero quizá deberíamos prestar atención a las consecuencias económicas que se puedan derivar, especialmente sobre el turismo. Porque la movilidad se ve afectada por todas estas cuestiones geopolíticas, y la globalización hace que, a pesar de que la lucha esté al otro lado del Continente, sus efectos se hagan sentir en todo el planeta. Si Rusia sigue adelante con su ofensiva militar, todo el turismo asiático, especialmente procedente de China (además del ruso, obviamente), verá reducidas sus llegadas a nuestro país.
Y eso es, precisamente, lo que menos necesitamos en este momento. El sector turístico maneja previsiones muy esperanzadoras para este año en España, que esperemos no se trunquen por esta situación. Porque, a la estela del turismo está el Sector del Transporte de viajeros, que necesita urgentemente un soplo de aire fresco para remontar dos años de parálisis.
Eso, sin contar con el incremento de precios energéticos que, a buen seguro, se producirán. Porque Rusia es la fuente del 8% del gas natural que llega a España, y el petróleo también se está viendo afectado de manera directa. No nos queda más remedio que esperar acontecimientos y desear que la cordura vuelva a instaurarse. Stop the war!

