También los profesional son muy conscientes del esfuerzo realizado por todos los operadores: cumplir con un servicio a todas luces deficitario (servicio público, no lo olvidemos), aplicar todas las medidas de seguridad y desinfección necesarias (con el coste que supuso), mantener las plantillas en la medida de lo posible Todo eso generó un tremendo agujero financiero en sus cuentas de resultados que, aún a día de hoy, se viene arrastrando.
Cuestión de prioridades
Pero el servicio no cesó. Queda claro que esa, y no otra, era la prioridad. Y lo sigue siendo. Por eso, el hecho de que Facua haya denunciado a muchos operadores de transporte urbano, por no disponer de un teléfono gratuito de información a los consumidores, es cuanto menos curioso.
Facua está en su pleno derecho de poner el acento sobre lo que considera prácticas irregulares, por supuesto. Pero, aunque les pueda asistir la razón, ¿qué necesidad hay de abrir este melón en este momento? ¿No les parece que los esfuerzos deberían apuntar en otra dirección, para resolver problemas más acuciantes?
Veremos en qué termina todo esto, pero el mero hecho de que los operadores de urbano tengan que desviar su atención de lo esencial, para dedicársela a este asunto, ya parece algo fuera de lugar.

