Comenzando por la afirmación de que la relación entre los proveedores y sus clientes es tan estrecha y necesaria que no se concibe la existencia del uno sin el otro, Perezcarro desarrolla una dura disertación incidiendo especialmente la relación cordial y de respeto mutuo es nada parecida a la que mantiene Aecoc en relación con unos de sus principales proveedores, los transportistas.
Dijeron primero que las operaciones de carga y descarga por parte del conductor les eran compensadas a la empresa de transportes. Luego se pronuncian diciendo que si estas operaciones las tienen que llevar a cabo ellos con sus propios medios, les costarían 2.000 millones de euros anuales. ¿En qué quedamos, se pagan estas operaciones o no se pagan?, expone el secretario general.
Pesos y dimensiones
Por otro lado, también denuncia que trataron de vender al Gobierno que el aumento de los pesos y dimensiones de los vehículos favorecería la competitividad, reduciría la huella de carbono y encima, tanto los transportistas como ellos saldrían económicamente beneficiados; el cursi win to win que repetían machaconamente, tras el que se escondía el to pa mi, porque está claro que, si se incrementa la oferta de transporte al aumentar la carga útil del camión, los precios caerán en picado todavía más.
A su juicio, y como conclusión, según las manifestaciones vertidas por Aecoc, a los proveedores de lo que ellos consideran un servicio esencial, que lo es, se les trata como un felpudo, acusándoles de calificar como medidas casi de apocalípticas las que se plasman en los acuerdos del Comité Nacional y el Gobierno para tratar de eliminar estos abusos.

