La acción para introducir un límite de velocidad de 30 km/h en la región de Bruselas-Capital se encontró con buenas condiciones iniciales, pero se enfrentó a un entorno político difícil. Por un lado, a partir de 2010, cada vez más carreteras pequeñas se convirtieron en zonas de velocidad de 30 km/h. Antes había carreteras de 30 km/h, pero a partir de 2010 cobró fuerza el uso de zonas de 30 km/h. La creación de un enfoque regional basado en las estructuras existentes significó que el concepto de caminos y áreas de 30 km/h no tenía que ser explicado como un concepto nuevo para los residentes y las partes interesadas.
Planificación y mapa ante la complejidad
Sin embargo, la Región de Bruselas-Capital comprende 19 municipios y seis zonas, lo que demuestra la complejidad del esfuerzo. Los municipios supervisan la mayor parte de la red de carreteras y Brussels Mobility, el Servicio Público Regional de Movilidad de Bruselas, es responsable únicamente de las carreteras principales. Además, los municipios están dirigidos por diferentes partidos políticos, lo que requería negociaciones individuales.
En junio de 2019, el gobierno recién elegido de la Región de Bruselas-Capital tomó la decisión tras las elecciones de crear un límite de velocidad de 30 km/h en toda la región. Todos los partidos de gobierno respaldaron el plan y establecieron un cronograma para iniciar la zona regional de 30 km/h a partir del 1 de enero de 2021, con excepciones al límite de velocidad solo para las arterias de mayor tráfico.
El trabajo comenzó con una evaluación de la red de carreteras por parte de Brussels Mobility con el objetivo de definir qué carreteras establecer a 30 km/h y cuáles eximir. Se utilizaron factores como los cruces de peatones, la infraestructura ciclista, la economía local u otras actividades locales, así como los datos de accidentes para analizar cada una de las carreteras y crear un mapa que plasmara la nueva realidad de 30 km/h en toda la región. El mapa estuvo listo a principios de 2020 e ilustraba los cambios que condujeron a la zona de 30 km/h. Este mapa se utilizó como base para una consulta intensiva con las partes interesadas.
Reticencias iniciales
La consulta consistió en más de 80 reuniones con un amplio espectro de agente: los 19 municipios con sus alcaldes y Administraciones, las autoridades policiales de las seis zonas, los operadores de transporte público de la Región Capital, así como las regiones de Valonia y Flandes, los servicios de emergencia, servicios públicos, patrones, sindicatos, vecinos, y otros. El objetivo de la consulta fue convencer a todos los participantes, incluidos los alcaldes de los 19 municipios, de diferentes partidos políticos.
La consulta estuvo acompañada de una campaña de comunicación a gran escala para informar a las partes interesadas y los residentes. La campaña se centró en el mensaje de mejorar la seguridad vial de los bruselenses.
Las reacciones al límite de velocidad de 30 km/h no fueron del todo positivas, incluso hasta el punto de ataques verbales personales en las redes sociales a los representantes políticos y su personal. En este punto, era importante ceñirse al plan y no desviarse. Por lo tanto, el equipo del proyecto se centró en cooperar con los simpatizantes e incluso llevó a cabo actividades de gran visibilidad, como un grupo de ciudadanos que produjo 1.000 paraguas de «velocidad 30» que aparecían por toda Bruselas cuando llovía.

