Al igual que en el caso del límite para alimentos y piensos, el límite del 1,7% para aceites usados y grasas animales se prolonga más allá de 2030, ajustado en función del crecimiento de la energía total del transporte. ReFuelEU también incluye un límite del 3% para otras materias primas (como las grasas animales comestibles) para producir HEFA, ante lo que se da por sentado que estos límites se cumplen antes de que aumente la producción de biocarburantes avanzados y que los productores de combustible siguen maximizando para la producción de combustible de aviación.
Mezclado con el gasóleo de automoción
Por otro lado, el análisis se basa en la suposición de que todo el gasóleo renovable incentivado por la RED III y ReFuelEU se mezclará con el gasóleo destinado al sector del transporte por carretera para ilustrar, en el peor de los casos, cuánto ahorro de CO2 podría perderse si se aplicara un sistema CCF. En realidad, también existen multiplicadores de 1,5 para el e-diésel y de 1,2 para el biocombustible avanzado consumido en el sector marítimo, lo que incentivaría el diésel renovable también en este sector.
Para calcular el CCF del gasóleo de carretera, los autores calculan la cuota del conjunto total de combustibles alternativos (biodiésel, gasóleo renovable y HVO) de la demanda de gasóleo prevista para cada año, proyectando la demanda de gasóleo en cada año desde las normas de CO2 para vehículos pesados propuestas por la Comisión.
Por último, y para los combustibles alternativos en el sector del gas, se recuperan los volúmenes de biometano de 2020 y 2021 en la UE de la Asociación Europea del Biogás, dando por hecho que se cumple el objetivo de 35.000 millones de metros cúbicos de biometano propuesto en el Reglamento del gas. En 2050, es previsible que la UE alcance el volumen de biometano proyectado en la Evaluación de Impacto Climático de la Comisión Europea, en el escenario regulatorio más ambicioso, escenario en el que hay 66,9 bcm de bioenergía gaseosa en la UE en 2050, que sería en su totalidad biometano.
En los años comprendidos entre 2020 y 2030, y entre 2030 y 2050, el biometano aumentaría linealmente, concluyen Chelsea Baldino, Eamonn Mulholland y Nikita Pavlenko.

