Uno de esos escenarios, según un trabajo firmado por Arijit Sen, Josh Miller, Gabriel Hillman Álvarez y Patricia Ferrini Rodrigues, es avanzar en la tecnología para los motores de combustión interna, entendiendo que plantea una posible hipótesis teniendo en cuenta tanto los avances tecnológicos en los vehículos ligeros como en los pesados.
La hibridación puede ser clave para que los motores actuales mejoren su eficiencia
Comenzando por los primeros, se parte de la idea de que la intensidad energética de los vehículos con motor de combustión interna mejora según las trayectorias tecnológicas viables, utilizando las innovaciones tecnológicas disponibles en la actualidad. Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón, Corea del Sur e India son los seis mayores mercados de vehículos ligeros y son conocidos sus datos sobre las características de las flotas y las posibles vías de eficiencia tecnológica.
Analizando una tecnología de motor híbrido junto con paquetes para reducir la resistencia aerodinámica en más de un 20%, los autores afirman que la mejora de la eficiencia energética en 2035 en comparación con 2020 oscila entre el 24% y el 42%, explicando que la variabilidad entre regiones se debe principalmente a las diferencias en la intensidad energética inicial en 2020, y las mejoras porcentuales más elevadas se consiguen generalmente en regiones con un elevado consumo inicial de combustible.
Los pesados, ganancia similar
En el caso de los vehículos pesados, para Estados Unidos un estudio proyectó reducciones de la intensidad energética después de 2027 de un 10% para las tractoras pesadas a más de un 20% para la mayoría de los demás tipos de vehículos, mientras que en India puede lograrse una reducción del 40%-50% de la intensidad energética para 2030, según el tipo de vehículo, utilizando el paquete de vehículos más potente, que incluía fuerte hibridación con neumáticos de baja resistencia a la rodadura y reducción de la resistencia aerodinámica.
La Unión Europea podría aspirar a un potencial máximo entre el 23% y el 39%, dependiendo de la clase de camión diésel.

