Y es que la cercanía de la cita olímpica, este mismo verano, sirve como dinamizador de todo tipo de iniciativas que mejoren el impacto ambiental y cuiden el entorno. Y Symone busca «un autobús que no sólo ahorre a los conductores largas horas de conducción en autopistas, sino que también limite la contaminación», con alguna que otra sorpresa más.
Symone, la start-up lanzada por Romain Coispine y Yoann Lacombe, trabajaron sobre la idea de no tener que conducir un turismo durante muchas horas por la autopista a la hora de afrontar un desplazamiento. Y el resultado es un autobús que, además de a las personas, puede llevar también a sus vehículos.
Nueve vehículos y 20 personas
El bus es capaz de trasladar hasta nueve vehículos, repartidos entre el techo y la zona donde debería estar el maletero trasero, y 20 pasajeros en asientos amplios y pasillos más anchos que los de un autobús convencional. A esto se suma que el autobús se propulsa por hidrógeno, elimina también las emisiones de los turismos circulando y, por si fuera poco, dispone de cargadores para coches eléctricos, por si fueran necesarios.
Un primer prototipo tiene previsto ver la luz antes de que den comienzo los Juegos, no sólo por su contribución al ‘espectáculo’, sino por su reclamo desde el punto de vista del marketing. Esperemos a verlo en circulación.

