Entre las tendencias y tecnologías disruptivas que configurarán el futuro de la movilidad y el impacto que tendrán en todo el mundo, los autores consideran que «los consumidores están entusiasmados con las nuevas opciones», tras comprobar los datos de la encuesta anual que la entidad realiza entre los consumidores, en la que se analizan cuatro tendencias principales: conducción autónoma, electrificación, conectividad y movilidad compartida.
El 46% está dispuesto a sustituir sus vehículos privados por otros modos de transporte
Las conclusiones recogen que muchos de los encuestados en 2022 están dispuestos a cambiar sus hábitos de transporte. De hecho, casi un tercio de los encuestados (30%) tiene previsto aumentar el uso de la micromovilidad (por ejemplo, bicicletas y patinetes electrónicos) o la movilidad compartida en la próxima década, mientras que el 46% está dispuesto a sustituir sus vehículos privados por otros modos de transporte en la próxima década.
A esto se suma que un 70% de los encuestados están dispuestos a utilizar un servicio de transporte autónomo compartido con hasta otros tres viajeros; aunque el 42% de esos viajes se realizaría en vehículo privado.
«El deseo de una experiencia de movilidad más agradable está detrás de muchos de estos cambios. Un viaje rápido en metro mientras se lee un libro suele ser mejor que una hora al volante en medio del tráfico, y las ciudades que puedan ofrecer esa comodidad podrían aumentar el número de usuarios de metro. La sostenibilidad también es fundamental. Los resultados de la encuesta muestran que el 46% ya han cambiado a marcas o productos más sostenibles, y otro 16% tiene previsto realizar cambios considerables para promover la sostenibilidad«, según se afirma en el informe.
Concienciación y sostenibilidad
En 2020, el Sector del transporte representaba alrededor del 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y más del 40% del total procedía de los vehículos privados. Para promover un transporte más ecológico, más de 150 ciudades han puesto en marcha medidas para frenar el uso del vehículo privado, que incluyen esfuerzos para aumentar la concienciación sobre las emisiones de los vehículos privados, limitar el número de vehículos privados en las ciudades o proporcionar incentivos financieros para utilizar modos de movilidad más respetuosos con el medio ambiente.

