Entre las conclusiones de dicho debate pudimos extraer que el Sector apuesta por su mantenimiento, al menos para 2024, dado que la medida se ha mostrado eficaz y ha conseguido su objetivo: incrementar la demanda.
Y parece que, en caso de producirse el nombramiento de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, estas ayudas están garantizadas para el año que viene. Incluso se conoce cuánto supondrá su aplicación para las arcas públicas: algo menos de 1.500 millones de euros.
¿Es mucho o poco?
Una partida respetable, que se divide en alrededor de la mitad para que las Autonomías y los Ayuntamientos puedan reducir el precio de los billetes de los servicios bajo su responsabilidad, unos 600 millones serían para los títulos ferroviarios (en las mismas condiciones actuales) y los 80 millones restantes para las líneas regulares de larga distancia.
Si son suficientes estas cantidades o demasiadas es motivo de controversia. Sobre todo, para los ajenos al Sector. Quienes forman parte del transporte público no tienen esas dudas. Sobre todo, si se compara con las ingentes partidas presupuestarias dedicadas a otros menesteres con muchísimo menos retorno para la sociedad. Todos conocemos ejemplos.
Por tanto, la noticia es bienvenida. Veremos si se consolida y puede ser aplicada, sea cual sea el color del próximo inquilino de La Moncloa.

