La flota autónoma podría mover un mercado de 552.000 millones de euros en 2035 y acelerar la transformación de las plataformas inmologísticas
Eficiencia operativa y sostenibilidad
El sector logístico se encuentra ante una de las mayores transformaciones de su historia con el avance de los camiones autónomos, una tecnología llamada a redefinir la eficiencia operativa, los modelos de negocio y la sostenibilidad del transporte de mercancías. Según estimaciones del sector, esta innovación podría generar ahorros de hasta un 30% en los costes globales de transporte, gracias a la optimización de rutas, la reducción de tiempos muertos y la operación continua de las flotas.
De acuerdo con un informe de McKinsey, se prevé que para 2035 la flota autónoma de camiones alcance un mercado global de 552.000 millones de euros, mientras que su crecimiento ya apunta a superar los 87.000 millones de dólares en 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 10,6%. Este desarrollo tendrá un impacto directo no solo en el transporte, sino también en el sector inmologístico, que deberá adaptarse a nuevas exigencias tecnológicas y operativas.
‘La integración de tecnologías avanzadas en los activos logísticos es un paso crucial hacia la resiliencia y la competitividad del sector’
La posibilidad de operar camiones de forma ininterrumpida, 24 horas al día y siete días a la semana, permitirá mejorar notablemente la utilización de los activos logísticos y aumentar la productividad de las plataformas. Además, la automatización facilita la integración de vehículos eléctricos o impulsados por hidrógeno, reforzando los objetivos de descarbonización y reducción de emisiones del sector.
Desde el punto de vista energético, los camiones autónomos, al estar programados para minimizar consumos y evitar “millas muertas”, pueden contribuir de forma significativa a mejorar la eficiencia energética del transporte por carretera, alineándose con los criterios ambientales que demandan inversores y operadores logísticos.
Transformación de los activos logísticos
El impacto de esta tecnología va más allá de la conducción autónoma. La llegada de estos vehículos impulsará una profunda transformación de los centros logísticos, que deberán evolucionar hacia plataformas inteligentes. Entre los cambios necesarios se encuentran la incorporación de infraestructuras de recarga rápida, sistemas automatizados de carga y descarga, y soluciones digitales que permitan una gestión más eficiente de flotas y mercancías.
En este contexto, Proequity, consultora especializada en el diseño y transformación de activos logísticos, está trabajando para anticipar y aprovechar esta tendencia, adaptando las plataformas inmologísticas a las oportunidades que traerán los camiones autónomos. El objetivo es garantizar que estos activos sean eficientes, sostenibles y competitivos en el largo plazo.
La adopción de los camiones autónomos ofrece un enorme potencial para reducir costes, mejorar la eficiencia y avanzar hacia un modelo logístico más sostenible
A pesar del potencial de esta tecnología, su despliegue en España avanza a un ritmo más lento debido a la falta de un marco regulatorio adecuado. Las normativas actuales todavía no permiten una circulación masiva de camiones autónomos, lo que obliga al sector a avanzar con cautela. La definición de reglas claras en materia de seguridad, responsabilidad civil e interoperabilidad será clave para acelerar su adopción.
Una palanca clave para el futuro del sector
Para Proequity, el futuro del sector inmologístico se está definiendo ahora, y los camiones autónomos son una de las principales palancas de esa transformación. “La integración de tecnologías avanzadas en los activos logísticos es un paso crucial hacia la resiliencia y la competitividad del sector. Los camiones autónomos representan una parte importante de esa transformación”, señala David Martínez, director general de la compañía.
Aunque los desafíos regulatorios y de adaptación de infraestructuras siguen presentes, la adopción de los camiones autónomos ofrece un enorme potencial para reducir costes, mejorar la eficiencia y avanzar hacia un modelo logístico más sostenible, marcando un antes y un después en el transporte global de mercancías.





