No es necesario mencionar que la actividad en los dos últimos años no ha sido la esperada para los operadores. Las restricciones de movilidad ocasionadas por la pandemia y el precio de los combustibles, más recientemente, están impidiendo el desarrollo normal de su trabajo.
Sin embargo, tras una buena temporada de Semana Santa, la demanda turística en nuestro país se ha disparado, especialmente desde mediados del mes de abril, y todo hace indicar que el periodo estival será excelente.
No hay más remedio
Y hay que aprovecharlo. No hay más remedio. Después de una travesía del desierto tan larga, el Sector se merece volver a trabajar, a tener ingresos y (en su mano está) beneficios. Solo así se podrá hacer frente a lo que venga después del verano, donde reina la incertidumbre a la hora de hacer previsiones.
Haciendo caja y llenando la hucha hay posibilidades de que se pueda renovar flota o contratar los escasos conductores que puedan quedar libres en el mercado. Muy necesarios para prestar un servicio cuya demanda crece tan rápido que en algunas regiones españolas, está en duda si se podrá atender en su totalidad.
Sin embargo, el Sector ha demostrado con creces su capacidad de resiliencia. Si se adaptó a los malos tiempos, seguro que también lo hará cuando tenga mucho trabajo.
Que le sea útil. Es nuestro mayor interés.

